Los probióticos juegan un papel importante en el mantenimiento de la estabilidad del microambiente vaginal, mejorando la defensa inmunológica y bloqueando la progresión del cáncer de cuello uterino.
Como un tipo de probiótico vaginal, Lactobacillus no solo puede acidificar la vagina con la producción de ácido láctico, estabilizar la flora vaginal y mejorar la función de las células epiteliales vaginales, sino también matar las células cancerosas del cuello uterino. Los lactobacilos se adsorben y ocupan el epitelio vaginal, evitando la adhesión de bacterias patógenas agresivas que causan malignidades (Abdolalipour et al., 2020).
Lactobacillus puede inhibir la proliferación de células cancerosas al secretar peptidoglicano y exopolisacáridos. Los probióticos mejoran principalmente el proceso inmunológico del cuerpo, promueven la producción de citocinas e inhiben la proliferación de monocitos. Estudios recientes han demostrado que los probióticos como Lactobacillus casei y Lactobacillus rhamnosus desempeñan un papel anticancerígeno al activar la maduración de las células NK y las células dendríticas (Li et al., 2020; Kandati et al., 2022).
Lactobacillus también puede afectar la inmunidad celular y humoral, promover la proliferación y diferenciación de células derivadas del timo y promover aún más el reconocimiento inmunológico y la proliferación de células derivadas de la médula ósea (Medina-Contreras et al., 2020).
Además, los metabolitos probióticos también tienen efectos citotóxicos sobre las células de cáncer de cuello uterino. Wang et al. (Wang et al., 2019) encontraron que el aumento de Lactobacillus spp. se relacionó con la disminución de la tasa de detección de infección por VPH subtipo de alto riesgo, neoplasia intraepitelial cervical y cáncer. La microbiota juega un papel cada vez más importante en el cáncer y el tratamiento (Xie et al., 2020). Como una terapia alternativa prometedora sin quimioterapia, Lactobacillus ha atraído una gran atención en la restauración y el mantenimiento de la flora vaginal normal y el tratamiento del cáncer de cuello uterino.
La vaginosis bacteriana (VB) es una enfermedad infecciosa mixta causada por el desequilibrio de la flora normal en la vagina, que se caracteriza por la disminución de Lactobacillus y el aumento de bacterias anaerobias, especialmente Gardnerella y Prevotella (Onderdonk et al., 2016; Bagnall y Rizzolo, 2017).
La tasa de recurrencia de la VB después del tratamiento con metronidazol oral es muy alta y el uso sistémico de antibióticos tiene grandes efectos secundarios (Muzny et al., 2020). En este caso, las nuevas estrategias de tratamiento ayudan a mejorar los resultados del tratamiento.
El uso de probióticos puede mejorar la flora vaginal, aumentar las bacterias beneficiosas, reducir la cantidad de bacterias dañinas y mantener aún más la estabilidad del entorno de la flora vaginal (Ling et al., 2013). Hoy en día, existe una evidencia creciente de que los probióticos son efectivos en el tratamiento de la VB. En un metanálisis de 30 estudios (Jeng et al., 2020), se hizo un seguimiento de las pacientes con VB después del tratamiento y se encontró que la intervención con probióticos redujo la tasa de recurrencia de la vaginitis y mejoro la tasa de curación de la vaginitis. (Selis et al. (2021) demostraron a través de experimentos in vitro que Lactobacillus plantarum Lp62 y su sobrenadante podrían inhibir significativamente el crecimiento de Gardnerella. En otro metanálisis de 18 estudios (Liu y Yi, 2022) con 3 meses de seguimiento, se encontró que la combinación de antibióticos y probióticos reduce significativamente la tasa de recurrencia de la VB en comparación con los antibióticos solos.
Las diferentes cepas de probióticos de Lactobacillus se han aplicado al tratamiento y prevención de la vaginosis bacteriana y la candidiasis vulvovaginal. En un estudio de the National Library of Medicine se demostró que los probióticos funcionan bien al reducir la cantidad de bacterias dañinas, mantener el microambiente ácido y inhibir la respuesta inmune, para restaurar la flora vaginal.